Soy diseñador de interacción digital UI/UX en Telefónica desde el año 2000 aunque de manera más simple, para que me entienda todo el mundo, hago cajitas de texto, cajitas de imagen, uso colores, espacios en blanco, tipografías, jerarquizo la información, manejo equilibrios, creo textos… y lo ordeno todo de la mejor manera posible para que el usuario encuentre lo que debe encontrar.
No sé si las inteligencias artificiales nos dejarán sin trabajo a los diseñadores digitales en el futuro, puede que sí, no sé, por el momento si ya hubiera pasado, no estarías leyendo este texto ¿no crees?.
Además de dedicarme a esto de diseño de interacción para tener un sueldo, mi vida y las ganas de hacer cosas me han llevado por otros caminos que ocupan mi tiempo y que en la mayoría de los casos, no suponen ganar dinero, más bien lo contrario.
Seguramente tú seas uno de mis posibles proyectos.
Siempre me gusta involucrarme en proyectos aunque alguno se quede en el camino, pero vamos, que mi intención es avanzar y hacer cosas.
Vivo con mi pareja y mi hijo adolescente. Nuestra forma de entender las cosas ha ido cambiando drásticamente en los últimos años debido a una situación que nos obligado a abrir los ojos. Hemos ido tomando conciencia de manera desordenada con muchos aspectos vitales (yo he estado un poco rezagado, la verdad) y lógicamente me ha llevado mucho sintonizar con el camino que creo más adecuado para estar bien. No me refiero a nada místico o esotérico, hablo simplemente de aprender y dejarnos enseñar. Personalmente a mí, me ha movido una migraña que estaba torturando a mi hijo y que le estaba secuestrando la vida. A partir de ahí, hemos aprendido tanto en unos meses que por un lado, mi hijo ha mejorado en un 90% y yo, siendo testigo de lo que ha ocurrido, me he planteado que no estaba enfocando mi vida de forma adecuada. Mi hijo me han enseñado mucho más de lo que él se imagina y también mi pareja que siempre ha ido muy delante de mí. Desgraciadamente ha tenido que ser el sufrimiento de mi hijo lo que ha supuesto mi motivación de investigar, y ese sentimiento de inconformidad ha sido lo que ha hecho que dudara de muchas creencias y ha hecho que sienta que acabo de empezar un nuevo camino en mi vida, a mis 50 años. Espero que esta ilusión se mantenga. Es lo que trato de hacer.
Ahora entiendo lo bueno que es hacer ejercicio todos los días y si puedo dedicar un rato me gusta respirar profundamente. Es lo que tiene aprender biología y escuchar a los que saben, que te das cuenta de que hay que moverse y explorar. También es importante moverse por dentro, agitarse y mirarse al espejo. Es duro, da miedo, pero funciona. Cambiar creencias es muy necesario, sobre todo cuando vivimos tan equivocados pensando que lo hacemos todo bien, justificando y validando cada decisión, sea buena o mala.
Voy corriendo a los sitios no por prisa o urgencia sino porque me gustar correr. Es mi forma de relajarme, aunque desde fuera parezca que estoy loco. Subo escaleras en vez de coger el ascensor y disfruto del movimiento. Si puedo caminar, camino. Igualmente si alguien me pide ayuda, intento ayudar, no por dinero sino por aprovechar lo que sé.
Es bueno cansarse de moverse, de aprender, de hacer cosas y de pensar porque eso es que te mueves, aprendes y piensas.
Ahora me gusta el agua fría en vez de la cerveza y como soy humano y tengo mis debilidades, no perdono el café o las infusiones.
Es bueno prestar atención a lo que se presta atención, yo lo intento.
Si quieres comunicar, comunícate conmigo.